Draco Rosa podría pasar inadvertido en varios lugares, pero de algo está seguro: su música no. Este estadounidense y boricua, que mezcla palabras castellanas con latiguillos neoyorquinos, es el artífice de varios hits que vieron luz en la voz de Ricky Martin, como Livin’ la vida loca, María y La copa de la vida. Ecléctico por donde se lo mire, continúa ampliando sus horizontes: luego de sufrir cáncer de estómago, y más tarde un linfoma Non-Hodgkin’s, el cantante, que hoy se presenta en el Gran Rex, escribió un libro de consejos y recetas sobre las maravillas de la alimentación vegetal.
¿Qué cambió en tu vida luego del cáncer?
El gran cambio fue en la alimentación. Al punto de que me junté con una nutricionista y armamos el libro El secreto de la vida a base de plantas. (Ver No pretendemos...). Uno se va conociendo de nuevo. Todo lo que hacía antes, ya no lo puedo hacer por mi salud, y estoy entrando en un estilo de vida que es difícil; a veces hasta aburrido. Tratar de encontrar el swing de la vida no ha sido nada fácil.
¿Cuál fue el disparador para hacer el libro?
Me llegaron muchos mensajes, preguntándome qué estaba tomando o comiendo. Pensé: “Vamos a hacer un panfletito para regalar”. Y llegamos al libro.
¿Consumís sólo comida orgánica? ¿Nada de carnes ni frituras?
Sí, y es costoso. El tema de la carne pasa por preguntar con qué están alimentando a esos animales, porque lo vas a consumir tú. La idea es tratar de ser cuidadoso lo más posible con ese tema. Con la carne he parado. Pasar cinco años libre de carne es la meta.
¿Con qué reemplazás la proteína?
Plantas, quinoa. Hay mucha información, en el libro, para reemplazar hábitos. A veces es difícil, pero se consigue. Una buena carne... No me hables más de esto porque ya estoy pensando en eso (Risas).
Alguna vez dijiste: “Me enamoré del rock”. ¿Y del rock argentino?
En la época que estuve viviendo en Buenos Aires (en el ‘85 y ‘86, con el Grupo Menudo), tenía 15 años; estaba enloquecido, pasándola bien todas las noches... Me tropecé con el ‘Flaco’ Spinetta, con Luca Prodan y toda su locura, y la música de Sumo. Y claro, me llegaron Charly y Soda Stereo.
Una época de esplendor en nuestro rock.
(Se ríe) ¡Encontré mi tribu! A esa edad, dije: “Por aquí voy”. Ha sido fantástica esa estadía, ahí me di cuenta de que se podía hacer rock en español de calidad.
¿Y en Long Island (Nueva York), cuál fue tu tribu?
A mi mamá le encantaba pintar, hacer cerámicas y se iba a un lugar comunitario, el YMCA, un lugar público en el que hay artes plásticas, hasta boxeo. Yo iba con ella, y descubrí mucha música, básicamente música negra. En casa, mi mamá era fan de Los Beatles, y también de los Rolling Stones. Mi papá, en cambio, era muy serio; más de la música clásica.
Bastante lejano a lo que escuchamos en vos.
(Risas) Pero la salsa era una constante los fines de semana. En casa, en el sótano, mi mamá y mi papá, fumando cigarro, escuchaban salsa. Nunca me dejaron entrar, yo lo escuchaba desde fuera...
¿Y cómo llegaste al canto?
A mí me gustaba mucho cantar. Mi tío Luis, que estaba acá, en Puerto Rico, en un momento en el que no me estaba llevando muy bien con mi papá, me dijo: “En San Juan hay unas audiciones para el grupo Menudo”. “¿Qué es Menudo?”, le pregunté. Me explicó, me mandó una canción, me la aprendí, fui e hice unas audiciones. Trabajé sólo como corista, pero de repente me dijeron que íbamos a firmar un contrato, y me llegó la oportunidad para entrar al grupo. Un poco rápido (Risas).
¿Apenas te fuiste de Menudo, perdiste contacto con Ricky Martin?
Perdí el contacto con la mayoría. De vez en cuando nos veíamos acá, en la isla (Puerto Rico). Hasta que el empresario Angelo Medina me consultó si quería componer una canción para Ricky, y entrar en la coproducción. Así se dio y floreció. Fue toda visión de él.
Escribiste varios éxitos para Ricky. ¿Hiciste la letra y música?
Sí, hay música y letra. A ver... La Copa de la vida (el hit del Mundial de fútbol en Francia 1998) se hizo en un avión, en un viaje de Los Angeles a Miami. Y a los pocos días estábamos presentando el tema... El timing de las cosas, el momento de Ricky; se dio todo para que explotara.
¿Es el pop una vía de éxito más rápida que otros géneros?
El pop se sigue modificando. Yo nunca he crucificado nada. Vengo de Menudo y de una escuela de que si es bueno, vale, cualquiera sea el género. Por eso no tengo bandera. Me gusta la música. Busco canciones, busco música. Si es buena, por ahí vamos. Obviamente que hay cosas que no consumo. Nunca cuento cuáles son, porque hay cien mil personas esperando a esa cosa que no me gusta (Risas).
Son gustos; no quiere decir que sea malo.
Claro, y celebro con quien sea que tenga buena música y éxito. Y que sea bonito. Y el pop es eso, es bonito.
¿Los éxitos que componés para otros, los sentís propios o ajenos?
Cuando se hace el tema, es cien por ciento conexión. Hay algunas letras que son profundas, otras que no, pero en esas reímos, bailamos... te levanta el espíritu. Pero en el momento de entregue, cuando ya está masterizado, me desconecto totalmente. Me desconecto hasta de mi propio disco.
Te cansaste de algunas de esas canciones.
Sí. Algunas dejaré de tocarlas.
¿Cuando te piden un tema para que compongas, te dan pautas?
Por lo general, no... Hay canciones que se dan. Muchos piensan que tengo canciones guardadas, pero no es cierto. Inclusive, cuando me tocó producir para otra gente, como Ednita Nazario, fue muy natural. Me dijo: “Oye, me prometiste una canción”, y le contesté que la tenía, aunque aún no existía; hasta que me preguntó dónde estaba. Esa misma noche la hice, y al otro día le dije: “Aquí está”. Se grabó y fue un gran éxito. Esa es la realidad. No tengo canciones hasta que haya que hacerlas.
Sos compositor, músico multiinstrumentista, cantante, poeta, pintor, escritor, bailarín, empresario y hasta vegano. ¿Te falta algo?
Me falta ser un hombre más saludable. Estamos trabajando en eso.
Tuviste muchas adicciones.
Sí, me vi envuelto en algunos momentos complicados. Eso ya hace muchos años. Pero uno los paga en el camino. De eso no hay dudas.
El libro: “El secreto de la vida a base de plantas”
“No pretendemos ser médicos”
“Cuando me enteré de que tenía que lidiar con el linfoma, lo primero que hice fue ir a una tienda de productos naturales. En la vitrina había un anuncio de una convención. Fui, pasé allí tres días y conocí a Nena Niessen. Nos hicimos grandes amigos, y con ella en la cocina aprendí mucho. Empezamos a hacer cosas juntos, y armamos el libro. Son esas cosas que nunca me imaginé que se iba a dar. Siempre digo que la vida es una lotería. Está la parte espiritual, la parte emocional, el estrés, son tantas cosas... Ya me ha dado dos veces (el cáncer), así que estoy desesperadamente buscando un poco de tranquilidad. Paso más tiempo en el campo, en las montañas, aunque hay veces que me pica la vena (sic) para ir a la ciudad. Pero tengo que tener cuidado con lo que voy a consumir. Los doctores me dicen que me modere con todo”, dice Draco.
¿La información del libro la debatiste con médicos?
Nosotros no pretendemos ser médicos. Simplemente trato de apoyar, por ejemplo, a quien está haciendo quimioterapia. La prevención, antes, durante y después. Eso fue lo que nunca viví, y desafortunadamente tuve que caer muy fuerte y duro en el cemento para levantarme y decir ‘ok, yeah, ya paro’. La idea es quererte un poquito y adaptarse a este estilo de vida, por lo menos, de vez en cuando en el año.
Lo que se viene
Más introspectivo y minimalista
Antes de desembarcar en el Rex, Draco dio pistas de su próximo disco, que grabará “posiblemente antes de fin de año”.
¿Qué diferencias encontrás entre cuando hacías “Vida” (su anterior álbum, creado en plena lucha contra el cáncer) y ahora?
Hay diferencias. Hay algunos cambios radicales. Ahora, donde vivo, miro por la ventana y estoy entre montañas, con un río espectacular y mucha fruta. Todo ha cambiado. Hacia donde voy puede ser un tema más espiritual. Toda esta experiencia de los últimos cuatro años ha sido intensa. Creo que se va a sentir, definitivamente.
Más introspectivo.
Definitivamente. Hay muchas canciones que son muy íntimas. En la voz, muy minimalista dentro de lo que es la música. A través de los años ha sido mucho más producida mi música. Me gusta estar en el estudio, y si me dan tiempo, me vuelvo loco añadiendo cosas o sacando. En cambio en este disco, hasta ahora, hay cosas más simples en cuanto a la producción: voz, guitarra, piano. Por ahora este es el feeling (sic).
¿Vas a adelantar algún tema en el Gran Rex?
Siempre adelantamos algún tema. Hay que esperar...
